Mientras un grupo de ambientalistas realizaba una conferencia de prensa para exigir respeto al Cerro del Crestón, los presuntos dueños de esta área protegida arribaron a increparlos.
Los ambientalistas indicaron que este es uno de los últimos pulmones que tiene la capital del estado, y lejos de destruirlo se debería contribuir a reconstruirlo, reforestando la zona y garantizando que estas áreas sean zonas protegidas.
En este contexto se encontraban hicieron un llamado a la Cámara de diputados para legislar en la materia, cuando, un grupo de personas que presuntamente dijo ser propietario del predio arribaron para confrontar a los ambientalistas.
La discusión se tornó entre acusaciones de los grupos, mientras unos se decían invasores, otros que eran parte del cartel del despojo, y que cuentan con documentación que muestra que son los legítimos dueños que hoy están fraccionando.